jueves, 24 de noviembre de 2011

te amo tanto hermano, te voy a hechar infinitamente de menos. tengo el alma partida en millones de pedazos, me quede con las ganas de decirte todo lo que te amo, darte un mega abrazo gigante así como sos vos, por suerte el martes, aunque sea por celular, así rápido, porque estaba llegando tarde a no sé que estúpido lugar te tire un "te quiero mucho" y vos me regalaste un hermoso "yo también".
Nunca voy a poder entender como te me fuiste así de la nada, mi hermano lindo, te adoro, siempre vas a ser ese gigantote hermoso que me hacía reir con esos chistes sacados de arriba de una palmera, siempre vas a ser el hulk que me cuido y me protegió de todos mis males, el que andaba en cuero haciendo payasadas por toda la casa, el que se comía toda la ensalada, con quien jugaba carreras de quien tomaba la cocacola más rápido, con quien me peleaba por ver quien era el más nerd.
Alf, te explotó el corazón antes de tiempo, los dejaste esparcido entre todos nosostros para siempre.
Que descances en paz, mi hermanito.
Te amo por toda la eternidad.
Me vas a hacer tanta pero tanta tanta falta.



Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.