no sé cuantos carreras de volante
de videojuegos de Lavalle
harán falta
para olvidarme
que una noche
llegamos casi de memoria
que nadie nos puede decir si llovía
que las formas movibles no se destartalaban:
un centímetro de recuerdo atornillado
para desperdigar unas cuantas palabras
que todavía no pude dejar de tartamudear.
miércoles, 4 de julio de 2007
(sucesión borrosa de pequeños jpg)
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